El liderazgo de Carlos Torres tocado y casi hundido

La OPA del BBVA al Sabadell ha sido un gran enredo y un culebrón mediático.

José Justo

El BBVA ha perdido la OPA al Sabadell. En pleno fragor de la batalla, el pasado 20 de septiembre, publicamos un titular que decía “Carlos Torres Tic Tac, Tic Tac”. Y añadimos “la OPA sobre el Sabadell ha pasado de ser un símbolo de ambición a un test de supervivencia para Carlos Torres”. Hoy solo nos queda constatar que ya están aflorado los resultados de este test.

Sobre el liderazgo de Carlos Torres en esta operación financiera, apuntamos que “lo que comenzó como una jugada estratégica para aumentar tamaño y rentabilidad del BBVA frente al Santander hoy se percibe como un movimiento torpe, mal calculado. Esta postura lejos de transmitir liderazgo y seguridad, evidencia una falta de visión política y empresarial”.

Hoy, ante el revés en los mercados, el BBVA ha protagonizado una reacción inmediata anunciando un riego dinerario masivo a sus accionistas, con una recompra de acciones por cerca de 1.000 millones de euros y la distribución del mayor dividendo de su historia, a modo de desagravio. La suma alcanza la cifra de 36.000 millones en distintos tipos de retribución hasta el año 2028, de los cuales 13.000 son a corto plazo.

Algunos analistas dirán que después de año y medio de rife y rafe, con todas las dificultades que llovían sobre esta operación, incluidas las limitaciones a una fusión efectiva a corto plazo, lo mejor para el BBVA es que esta operación no haya salido. Puede que tengan razón.

Pero hay que convenir, en un análisis más particular, que la figura de Carlos Torres y sus empecinamientos queda, a no tardar, tocada y casi hundida.

Hace ya semanas, en un pronóstico de lo que podría suceder nos aventuramos en INFOPERIODISTAS a sugerir dos posibles sustitutos Jaime Caruana y José Ignacio Goirigorzárregui para relanzar la confianza y credibilidad en el primer nivel ejecutivo del BBVA.

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