En los últimos meses, RTVE ha tomado una serie de decisiones que han sorprendido tanto a los profesionales del sector como al público en general. El ente público ha priorizado, en algunos casos, los índices de audiencia por encima de otros principios fundamentales de su misión de servicio público. Casi como en Telecinco aunque la diferencia es que, hasta ahora, a RTVE le está yendo un poco mejor. Pero, ¿a qué precio?
Judith Victoria Cherquis
El falso partido de tenis entre David Broncano y Pablo Motos, ha cerrado la semana su primer set. Dominó la conversación mediática y polarizó a la muchachada de la audiencia generando un espejismo de competencia espuria. El Hormiguero y La Revuelta no compiten porque tienen perfiles de audiencia diferentes con lo que esta distracción superflua es otro eslabón en la peligrosa cadena maniquea de ustedes y nosotros, los buenos y los malos y de las dos Españas, como dijeron por ahí tan lúcidamente.
Un ajuste de horarios que recorta el Telediario y privilegia la audiencia
Lo que no es superfluo es que Concepción Cascajosa, Presidenta interina de RTVE, se jacte de los resultados de La Revuelta a una semana de su estreno. Es cierto que logró batir a El imbatible, el martes pasado; pero ¿a qué precio? y ¿para qué?.
A Broncano lo metieron en RTVE con calzador. Como ya dijimos es un espacio con todas las características del Late Night y en esa denominación se deduce cuál es -y debería ser- el horario natural de este show. Ubicarlo en el access Prime Time para medirlo en audiencia con El Hormiguero es de competencia entre cadenas privadas.
Eso no es todo: La Revuelta recortó en 20 minutos del Telediario, su principal espacio de información. Esto plantea una clara contradicción con los Principios Básicos de la Programación de RTVE, que establecen que:
“El objetivo fundamental de la Corporación radica en potenciar los informativos y mantenerlos como una referencia incuestionable en el conjunto de la sociedad. […] Sus medios deben constituir un espacio de debate público que estimule la reflexión, el conocimiento de la realidad, la actitud crítica y la participación ciudadana”.
El Telediario es un símbolo del servicio público, y reducirlo va en contra de los valores esenciales que debería defender la cadena. La decisión sobre la programación de las 21,40 en adelante, pone en tela de juicio la independencia de RTVE y su misión de contribuir al conocimiento crítico de la realidad.
Concepción Cascajosa, argumentó que la introducción de La Revuelta no fue una orden, sino una “opción coherente con la experiencia histórica en esa franja”. Según sus palabras:
“Como servicio público tenemos que atraer nuevas audiencias. Se quiso contar con un comunicador [Broncano] con un contrato que tuvo todo el plácet de asesoría jurídica y se pidió condiciones para dar cierta estabilidad”, con un compromiso de emisión de 18 meses por 28 millones de euros.
Pero ¿realmente la atracción de nuevas audiencias justifica decisiones que parecen desvirtuar la misión de la Radiotelevisión pública?, más allá de que la decisión no tenga rastros de ilegalidad. ¿Es legítimo?
El maltrato a las series de ficción: Cicatriz, HIT y 4 estrellas
El caso de 4 estrellas refuerza esta crítica.
Pese a su buena medición de audiencia en torno al 9% de share, la ficción de Daniel Écija de altísima calidad en cuanto al guion, tramas, ritmo, dirección y ni hablemos de las estupendas actuaciones; fue trasladada de manera abrupta a RTVE Play, perdiendo presencia en la televisión tradicional sin una justificación clara.
No es el único ejemplo: el maltrato de RTVE a sus producciones de ficción ha sido evidente en los últimos tiempos. Cicatriz, la esperada adaptación de la novela de Juan Gómez-Jurado, ha sido víctima de horarios intempestivos, frustrando a sus espectadores y acumulando duras críticas en las redes. Lo mismo ocurrió con series como HIT o La Promesa.
Las constantes re-programaciones y los cambios de horario son un golpe no sólo para los creadores y equipos técnicos que trabajan en estas producciones, sino también para el propio dinero público invertido en ellas. Mientras que Broncano y su equipo reciben un trato de favor, las ficciones de producción propia son relegadas, desaprovechando el talento y los recursos que deberían posicionar a RTVE como un referente de la industria cultural española.
Iñigo Alfonso y las mañanas de RNE: Otra decisión cuestionable
La controversia también se extiende a la radio pública de la que ya venimos dando cuenta. La abrupta decisión de retirar a Iñigo Alfonso como presentador de Las Mañanas de RNE, uno de los espacios más importantes de la emisora, sin dar una explicación convincente a la audiencia, ha dejado en evidencia el manejo cuestionable de la corporación en sus decisiones. De hecho, aún no sabemos por qué se fue Íñigo Alfonso ni sabemos más de lo que en su momento explicó la Corporación, de que “pasará a diseñar un proyecto de futuro que le supondrá nuevos retos profesionales dentro de RNE”. Fuentes cercanas a RNE niegan la existencia de una propuesta concreta por parte de la empresa para diseñar tal proyecto de futuro con el ex presentador de las Mañanas de RNE.
Servicio público y rating ¿van en la misma frase?
El rating o la audiencia no son constitutivos del mandato de RTVE. Según el Documento de Principios Básicos de la Programación de RTVE, el artículo 3.3 de la Ley 17/2006 establece que:
“La radio y la televisión públicas compiten consigo mismas y se miden por su capacidad de respuesta a las demandas de la sociedad. […] El liderazgo de audiencia no es un fin para RTVE. El fin debe ser el cumplimiento de sus propios objetivos”.
Este principio es crucial para entender que RTVE no puede guiarse únicamente por las mediciones de audiencia, aunque los resultados de La Revuelta sean impresionantes, con una cuota de pantalla cercana al 19%.
Pero el hecho de que haya provocado la reducción del Telediario y el desplazamiento de otras producciones de ficción plantea una seria pregunta sobre las verdaderas prioridades del ente público. Y es en este punto donde se corre el riesgo de que RTVE se parezca cada vez más a una cadena privada, perdiendo su esencia de servicio público.
RTVE ante la encrucijada
Hubo un tiempo no tan lejano en que RTVE tenía dos telediarios en prime time: el de TVE1 con todo el rigor de la actualidad nacional e internacional; y La 2 Noticias, que presentaba un contenido no redundante, con otro estilo, que a veces traía temas minoritarios y con un punto de vista crítico. Este espacio había sido creado por Fran Llorente en 1994 y en sus comienzos lo presentaba Lorenzo Milá. La 2 Noticias ganó muchos premios entre los que destacan 6 TP de Ooro, 2 antenas de Oro, 4 Premios Iris; etc. Fue alabado nacional e internacionalmente. Era un lujo.
Hoy RTVE tiene medio telediario por la noche.
Al pueblo, pan y circo.