La comunicación de Sánchez-Galán está en manos de José Luís Fernández Peña, alias “Chunda”, quien también fue fiel servidor de José Bono.
José Justo.
En la perspectiva de casi cuatro años cumplidos, la aportación de Fernández Peña a la imagen de Iberdrola y, muy especialmente, de Sánchez-Galán, grandes fastos y discursos magnificentes incluidos, no parece que haya dado en la “finezza” de contenidos y atributos personales que son necesarios también, y muy especialmente, para un primer ejecutivo del Ibex. Vale la imagen oficial, ni que sea como en este caso, con exceso de descarga. Aunque la imagen real se alimenta entre algunas élites y creadores de opinión, de forma sutil y silente, pero el resultado siempre se tambalea.
Quizás estamos ante el presidente del Ibex que más disociada tiene su imagen con la realidad, todo ello con un esfuerzo en inversión y recursos en comunicación desmesurados que destina la compañía. Lo que contrasta con la imagen real del presidente de Iberdrola, Sánchez-Galán, que existe en buena parte de los círculos más cercanos entre líderes de opinión, inversores, analistas económicos, grandes empresarios y políticos.
Una imagen personal se alimenta con contenidos sutiles y atributos que se filtran de forma discreta. Y aquí es donde Sánchez-Galán tiene un roto. A pesar de la labor de José Luis Fernández Peña, alias ‘Chunda’, su director de comunicación, que probablemente no atisba a resolver este complicado puzle.
Y si no, que se lo pregunten a Álvarez-Pallete. Aparte de motivaciones políticas y accionariales en su cese, su imagen pasó de ser la de un ejecutivo intocable que planificaba otros cuatro años más de éxito para Telefónica, a un profesional cuestionado por todos los medios en múltiples ámbitos fundamentales de Telefónica y ello en el breve espacio de unas pocas horas. Algo se hizo mal. Aunque en INFOPERIODISTAS, cual voz en el desierto, llevábamos meses sin sucumbir al circo comunicativo y mediático que se había montado.
A finales de octubre de 2021 José Luis Fernández Peña entró en Iberdrola de la mano de Antonio Carmona, político de larga ascendencia socialista, del que ya había sido su jefe de prensa como candidato a la alcaldía de Madrid. En una de estas operaciones de ¨puertas giratorias¨ que tanto le gustan a Sánchez-Galán, fichó a Carmona como nuevo vicepresidente de Iberdrola España. Justo después, con la llegada de ‘Chunda’ a la dirección de comunicación de Iberdrola, se descuartizó buena parte del departamento que existía.
La trayectoria de Fernández Peña, si bien está nutrida de amplia experiencia en medios de comunicación, también está profundamente marcada por su cercanía al exministro José Bono, con quien compartió episodios que todavía hoy generan suspicacias.
Desde los tiempos en que Fernández Peña empezó a construir su carrera al calor de José Bono, ya bien desde la Junta de Castilla-La Mancha, el Ministerio de Defensa o desde la presidencia del Congreso, su nombre quedó ligado a un estilo de comunicación que algunos calificaron de controvertido. Su labor consistía, esencialmente, en “gestionar” las críticas que los medios de comunicación dirigían a su jefe. La tarea de “controlar el relato” fue un constante durante esta etapa, caracterizada por la proliferación de reportajes que cuestionaban el patrimonio del político socialista y sus presuntas irregularidades económicas.
Entre los aspectos más polémicos de la relación entre Fernández Peña y Bono destaca su vinculación con Tojsama 14 SL, una sociedad que José Bono llegó a utilizar para canalizar ciertos movimientos financieros que levantaron sospechas públicas. Fernández Peña actuó como administrador de esta empresa hasta 2019, cuando fue sustituido por el propio Bono. Este nexo no hace más que reforzar la percepción de que Fernández Peña ha estado involucrado en las estrategias de defensa mediática del exministro, en un trabajo que, para algunos, traspasó los límites de lo ético.
Además de su papel como ‘hombre para todo’ de José Bono, no ha escapado a la controversia sobre el origen de su apodo generalizado, ‘Chunda’. Aunque su significado exacto sigue siendo incierto no falta quien interprete el mote como una burla a su estilo de trabajo o, incluso, como una referencia poco amable a su desempeño.
Veni, vidi, scripsi. Así lo cumplimos recientemente al publicar el artículo “Llueven chuzos sobre la imagen de Sánchez-Galán¨. Hoy está entre “Las más leídas” del diario INFOPERIODISTAS.