Llueven chuzos sobre la imagen de Sánchez-Galán, presidente de Iberdrola.

enero 12, 2025
Tiempo de lectura: 3 mins

Diversos trances judiciales, malabarismos internos y un deterioro de la competitividad del negocio de la compañía acechan la figura del presidente.

José Justo

Llueven chuzos sobre la imagen personal y profesional de Ignacio Sánchez-Galán, presidente de Iberdrola, que permanece impertérrito en su característica arrogancia. Adereza su perfil público con cuantiosas acciones y prebendas publicitarias. Además, rocía al respetable con un suntuoso reparto de dividendos a los accionistas de 1.463 millones de euros este mes de enero, a pesar de que los niveles de deuda de la compañía pueden ser objeto de merecida inquietud.

Como regalo previo por la Navidad, Florentino Pérez, presidente de ACS, se ha declarado víctima de una ’organización criminal’ y ha solicitado a la sala de lo penal de la Audiencia Nacional que Sánchez-Galán declare como testigo, en tanto que presidente de Iberdrola. Considera a la eléctrica responsable civil subsidiaria por los delitos cometidos contra su persona, en el entramado de espionajes a diestro y siniestro que Iberdrola y el ex comisario José Manuel Villarejo montaron durante varios años y por lo que el policía se embolsó millones de euros.

Por otra parte, los departamentos de Seguridad de Iberdrola han despedido 2024 con cambios importantes en su organigrama, al rebufo de la compleja situación judicial que vive la compañía. Se ha decidido prescindir de José Luis Ródenas, responsable de proyectos e integración de sistemas en España y Portugal. Este cambio se produce poco después de que Francisco Blázquez, jefe de Seguridad de Iberdrola España, se acogiera en setiembre a una prejubilación.

Algunas fuentes enmarcan estos movimientos con la escasa afinidad de estos dos directivos con José Miguel Gordillo, máximo responsable de Seguridad de Iberdrola y, muy especialmente, por sus vinculaciones históricas con Antonio Asenjo, su antecesor en el cargo, que figura todavía imputado por los pagos millonarios al excomisario Villarejo.

En un ámbito más específico, también se apunta el revuelo y la caza de brujas por filtraciones internas, provocadas en la compañía cuando un medio de comunicación publicó una información sobre los numerosos vuelos que se hacían entre Madrid y Salamanca en el avión privado corporativo de la compañía.  Desplazamientos de Sánchez-Galán, que se autoproclama apóstol de un mundo más sostenible gracias a las energías limpias, para llegar en poco más de 20 minutos por a la ciudad castellano-leonesa donde tiene una de sus fincas de caza. Estas repetidas jornadas cinegéticas, pagadas a cargo de la compañía, al parecer también incluían, regalos de miles de euros a los asistentes.

En otro orden de cosas, no ha pasado del todo desapercibido el nombramiento de Ángel Acebes como consejero coordinador del principal órgano administrador de la compañía, según comunicaron a la CNMV el pasado mes de diciembre. A la maleabilidad de este exdirigente pepero se le atribuye una misión o encargo muy íntimo y personal de Sánchez-Galán. Convertir en miembro del Consejo de Administración a su propio hijo, Nacho, que desde 2022 es director de Compras y Servicios Globales de la eléctrica. Un primer paso para acercarlo a una hipotética futura presidencia, lo que configuraría la creación de toda una dinastía.

Y para coronar los chuzos, uno que va a la línea de flotación. Repsol, la petrolera reconvertida en multienergética, ha alcanzado 2,5 millones de usuarios de luz y gas en tiempo récord, al sumar 200.000 en seis meses, un golpe a Iberdrola, Endesa y Naturgy. La guerra un tanto esperpéntica que abrió Sánchez-Galán contra Repsol, a nivel de denuncias publicitarias, que aún está por sentenciar, se le retorna amargamente en el campo de la batalla del negocio real.

En un estudio reciente de la CNMC, con datos de los últimos tres años, se certifica que Endesa ha perdido 140.000 clientes de luz, mientras que Iberdrola ha ganado 180.000, pero Naturgy ha incrementado su base en más de 360.000 y Repsol se lleva la medalla olímpica con 620.000 nuevos clientes.

Son datos para aparcar la desmedida soberbia de Sánchez-Galán, entre cacería y cacería, para afinar su puntería dentro de Iberdrola y evitar más que nunca su propensión a dispararse a su propio pie.

 

 

Las más leídas

No te lo pierdas