José Carlos Montoya, el descamisado de La Isla de las Tentaciones 8, llegó a Telecinco para quedarse.
RBK
La escena, por si alguien estaba en Marte y no se enteró del asunto, es así. «Un tal Montoya» se entera en vivo de la infidelidad de su pareja Anita Williams en el marco del programa La Isla de las Tentaciones (que va de eso, efectivamente). Montoya reacciona con una mezcla de furia y desesperación sin contención alguna -hasta se rompe la camisa que llevaba puesta, en fin.
La presentadora Sandra Barneda quien le grita desde plató «¡Montoya, por favor!» para calmar al participante quien desobedece las normas del programa y corre al encuentro de su amada que estaba en otro edificio, etc. Un manojo de reacciones desenfrenadas, show, comicidad y expectación. Bingo telesivivo absoluto.
El impacto fue tal que hasta Whoopi Goldberg comentó el episodio en su programa en Estados Unidos, y sugirió entonces que Montoya merecía un Emmy por la intensidad de su actuación.
Este fenómeno consolidó a Montoya como la figura principal no solo del éxito de La Isla de las Tentaciones, sino también de la recuperación de Telecinco en la misma semana en que la cadena ha dejado ir a David Cantero de su Telediario , uno de los periodistas con mejor trayectoria, solidez y profesionalidad.
Pero el público decide y Mediaset decidió apostar por Montoya como su nueva estrella. Su fichaje para Supervivientes 2025 no solo consolidó esta estrategia, sino que también devolvió a la cadena a la cima de las audiencias.
Telecinco venía en caída libre desde hace años. El intento de la cadena por alejarse de su esencia, marcada por realities y contenidos de alto voltaje, llevó a una fuga masiva de audiencia. La salida de Paolo Vasile y la apuesta de Borja Prado por una televisión más blanca y familiar no funcionaron. La audiencia que había sido fiel al “telecinquismo” se sintió huérfana, incapaz de conectar con los nuevos formatos. Y entonces llegó Montoya con su varita mágica, y todo cambió.
¡Montoya, por favor!
José Carlos Montoya Rodríguez, conocido como Montoya, nació el 22 de julio de 1993 en Utrera, Sevilla. Procede de una familia con raíces flamencas y desde joven mostró interés por la música y el deporte. Jugó al fútbol en el equipo local El Tinte de Utrera, y luego se inclinó hacia la música y lanzó temas como Vaya tela con la Manuela bajo el nombre artístico de DMontoya. Su trayectoria televisiva comenzó en Mujeres y Hombres y Viceversa y continuó en El Conquistador, donde conoció a su pareja, Anita Williams. Sin embargo, su salto definitivo a la fama llegó en 2025, cuando protagonizó uno de los momentos más virales en La Isla de las Tentaciones y, como dijimos, se volvió un fenómeno global que como tal, generó memes y comentarios en redes sociales más allá de nuestras fronteras. Incluso fue mencionado por la BBC además de Whoopi Goldberg. Además de su faceta artística y televisiva, Montoya ha trabajado como conserje de hotel y fue candidato a concejal en Utrera por el partido Utrera+.
Un estreno con estrella
El estreno de Supervivientes 2025 con Montoya en el casting ha marcado un antes y un después para Telecinco. El programa, presentado por Sandra Barneda, debutó con un impresionante 19,6% de share y 1.683.000 espectadores, lo que lo convierte en el mejor arranque del formato desde 2020 y el más visto desde 2022.
Este éxito se debe a tres factores clave:
- La presencia de Montoya como principal atractivo.
- La expectación por conocer qué concursante había activado el protocolo de abandono.
- La entrada de dos nuevos concursantes que generaron interés inmediato.
Gracias a este éxito, Telecinco fue la cadena más vista del domingo (11,2%), superando a Antena 3 (9,6%) y La 1 (9,5%). Ninguna otra oferta pudo competir con el reality, consolidando el dominio de Telecinco en el prime time.
Montoya y el regreso al «telecinquismo»
El impacto de Montoya va más allá de las audiencias. Su irrupción simboliza el regreso de Telecinco a sus raíces. La cadena ha comprendido que su éxito no está en copiar el modelo familiar de Antena 3 o TVE, sino en ofrecer entretenimiento sin complejos, con polémicas, emociones intensas y rostros reconocibles.
El fenómeno Montoya ha puesto sobre la mesa la verdadera clave para que Telecinco recupere su audiencia: explotar aquello que le funciona. Los fracasos de Babylon Show, Factor X, Caiga Quien Caiga o Next Level Chef demostraron que el público de Telecinco no busca formatos cuidados ni sofisticados, sino realities que generen conversación y contenido viral.
La recuperación de Telecinco no será inmediata, pero la cadena parece haber encontrado la fórmula para volver a conectar con su público. Montoya, con su magnetismo y su capacidad para generar interés y polémica, se ha convertido en la figura clave de esta nueva etapa. El éxito de Supervivientes y La Isla de las Tentaciones demuestra que Telecinco no necesita reinventarse, sino abrazar su identidad. La televisión de las emociones, los conflictos y las historias personales sigue siendo lo que mejor funciona para su audiencia.
Con Montoya como emblema y Supervivientes liderando las audiencias, Telecinco ha encontrado la brújula que había perdido. La lección está clara: su público no ha cambiado, solo estaba esperando que la cadena volviera a ser Telecinco.