Durante el apagón, la radio renace en medio de la oscuridad digital
Judith Victoria Cherquis
El lunes 28 de abril de 2025, un apagón eléctrico generalizado sorprendió a millones de ciudadanos en toda España. Sin electricidad, internet, televisión ni señal móvil, la radio se convirtió en el único medio funcional y fiable. Como en tiempos pasados, muchas personas regresaron espontáneamente a las ondas, agrupándose en torno a transistores, radios de coche o pequeños altavoces portátiles.
En pleno siglo XXI, y cuando parecía desplazada por la tecnología digital, la radio demostró su resiliencia y reafirmó su papel esencial en situaciones de crisis.
Comunicación cara a cara y ondas hertzianas: un regreso inesperado
Durante el apagón, la comunicación volvió a ser analógica y humana: personas hablando entre sí, compartiendo lo que oían en la radio, preguntando en voz alta y ayudándose mutuamente. En calles de Madrid como Gran Vía y Montera, ejes centrales de la ciudad, se formaron escenas insólitas.
Entre ellas, una que ya ha empezado a circular por redes y testimonios: un músico callejero habitual de Gran Vía recorrió a pie la calle Montera hasta la Puerta del Sol, deteniéndose cada pocos metros. En lugar de su repertorio habitual, llevaba una radio portátil conectada a su altavoz, sintonizada en RNE. Así, transmitía en voz alta la única información fiable que circulaba, atrayendo a decenas de personas en cada parada. Sin pedir nada a cambio, se convirtió en un heraldo urbano improvisado, símbolo del poder comunitario y de la función social del medio radiofónico.
Datos preliminares de audiencia: la radio, única ganadora
Aunque los datos oficiales todavía no están elaborados, fuentes del sector aseguran que las emisoras generalistas vieron un pico sin precedentes en la audiencia.
Las radios de servicio público y medios privados informativos como RNE, SER, COPE y Onda Cero registraron tramos horarios con audiencias multiplicadas por cuatro.
En condiciones normales, más de 32 millones de personas escuchan radio cada mes en España, y el apagón ha elevado esta cifra de forma extraordinaria, según los primeros análisis internos de las emisoras. Se ha constatado un aumento masivo en el uso de radios a pilas, radios de coche y altavoces con receptor FM, herramientas básicas pero efectivas cuando lo digital falla.
La información responsable es suero enriquecido con antibiótico en un paciente delicado
En este escenario, la función del periodismo profesional fue clave. Solo las voces con experiencia, contraste y responsabilidad pudieron mantener informada a la ciudadanía sin sembrar alarma ni caer en rumores y bulos, que los ha habido y muchos.
Una analogía médica ayuda a entenderlo: la información veraz es como un suero con antibiótico en un cuerpo debilitado. Hidrató a una sociedad desconectada, estabilizó su funcionamiento básico y evitó la entrada de virus dañinos —en este caso, bulos, fakes o especulaciones—.
Lo ocurrido el 28 de abril será recordado como una lección sobre la importancia de los medios fiables y resistentes. La radio no solo resistió el apagón: resplandeció.
Fue voz, compañía, orientación y verdad. Lo que parecía un vestigio del siglo XX demostró ser la herramienta esencial del XXI cuando las demás tecnologías fallan. Y quizás, en ese breve retorno a lo esencial, España redescubrió no solo la radio… sino también la fuerza de escuchar y hablar en comunidad.
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