A partir de la implantación de electrodos en el cerebro, dos pacientes con lesiones en la médula volvieron a caminar y a tener independencia para moverse.
Eva Marabotto
Un informe publicado por la revista Nature Medicine da cuenta de que el implante de electrodos en el cerebro permitió volver a caminar a dos pacientes que tenían la médula espinal seccionada.
El avance ha sido logrado por científicos suizos liderados por Gregoire Courtine y Jocelyne Bloch en la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL, Suiza). El grupo venía experimentando con ratas y ratones para solucionar problemas de locomoción de pacientes tetrapléjicos.
Tras la estimulación, los pacientes han recuperado el control de sus piernas y han logrado caminar e incluso subir escaleras. Lo curioso es que el implante de electrodos se realizó en el hipotálamo, una región del cerebro asociada a la producción de hormonas, el mantenimiento de la temperatura y la sensación de hambre, pero no a la locomoción.
El estudio
“Al aplicar estimulación cerebral profunda al hipotálamo, el equipo ha mejorado la recuperación de los movimientos de las extremidades inferiores en dos personas con limitación de médula espinal parcial. Esto ha mejorado enormemente su autonomía y bienestar”, ha informado el EPFL.
Uno de los pacientes es Wolfgang Jäger, un austríaco de 54 años que estaba en silla de ruedas tras un accidente de esquí. Él refirió que tras participar del ensayo ha logrado restaurar su movilidad e independencia. “El año pasado, durante las vacaciones, no fue un problema caminar un par de pasos hacia abajo y regresar al mar usando la estimulación”, contó.
La técnica
La estimulación cerebral profunda es una técnica que implanta electrodos en regiones específicas del cerebro para regular la actividad de las neuronas. Se ha utilizado para tratar trastornos del movimiento como el Parkinson o el temblor esencial. Pero el equipo del doctor Courtine lo instaló en el hipotálamo lateral, lo que constituye toda una novedad.
En el estudio publicado en Nature Medicine, esta técnica mostró resultados inmediatos para mejorar la capacidad de caminar durante la rehabilitación. Pero también los pacientes experimentaron una mejoría a largo plazo que persistió incluso cuando el estímulo terminó. Estos hallazgos sugieren que el tratamiento promovió una reorganización de las fibras nerviosas para generar mejoras neurológicas sostenidas.