Rosa Costa
Estupor en el mercado y entre los directivos de Criteria y Naturgy por la actuación de Ángel Simón en el desenlace de la operación de la energética y sus repercusiones bursátiles.
Isidro Fainé estuvo trabajando duro durante el último año y medio para lograr mantener el poder en Naturgy, tanto en el consejo de Administración como en la gobernanza de la compañía. El apoyo que ha demostrado Fainé a Francisco Reynés ha sido total, hasta el punto de que le hizo renunciar a su superbono, para no complicar la OPA.
Las exigencias de CVC y GIP eran conocidas por todos los actores. Incluso el Gobierno había hecho un guiño a Fainé, dando el visto bueno a la entrada del grupo emiratí Taqa. Fainé pasó el testigo del cierre de la operación a Ángel Simón, y la realidad es que las negociaciones se dan por terminadas, ante el estupor del mercado y de los directivos de Naturgy y Criteria.
En la Bolsa, la primera reacción ha sido el desplome de la acción hasta un 14,9%. Las excusas del actual directivo sobre la falta de acuerdo en el precio y el reparto de poder resultan poco consistentes, ya que el precio de venta de CVC y GIP fue negociado con Fainé durante más de un año. Otra cosa es que Simón se haya excedido en la presión a los fondos, para que rebajaran sus exigencias.
Será necesaria la vuelta de Fainé para cerrar el acuerdo con CVC y GIP y para negociar con IFM, en un intento de reconducir esta situación anómala. Naturgy es una de las compañías más solventes de España, pero ahora podría tener que buscar un nuevo socio, o apoyarse en IFM para detener la hemorragia que se está produciendo en el precio de la acción.
El problema que se avecina es complejo, porque IFM quiere separar el cargo de presidente y el de consejero delegado, cosa a la que Fainé se había negado desde un principio, hasta encontrar la solución de Taqa. Ahora Reynés podría tener que agradecer esa importante pérdida de poder a Ángel Simón, que no ha sabido gestionar la primera gran operación que tenía en sus manos. Esa negociación dependía de sus habilidades, no de un capital a sus espaldas para una simple compra de acciones. Las expectativas depositadas en el nuevo CEO de Criteria están cayendo al mismo ritmo que el precio de la acción de Naturgy. La gestión de Simón no solo ha fallado en asegurar la operación, sino que ha generado una incertidumbre significativa sobre el futuro accionarial de la compañía.
Los accionistas y empleados de Naturgy están preocupados por el rumbo que está tomando la reorganización accionarial bajo la gestión de Simón, cuyo manejo de la OPA ha sido desastroso. Su incapacidad para cerrar acuerdos estratégicos podría tener consecuencias en la estabilidad y el valor de Naturgy en el mercado. Por suerte para Naturgy, Criteria tiene un presidente, Isidro Fainé, sin problemas para bajar al barro y capitanear una negociación que nunca tuvo que abandonar.