Rosa Costa
Entre Amores y Conciertos: La Eterna Luna de Miel de Quirónsalud y la Comunidad de Madrid. Una vez más, el Grupo Quirónsalud se ha convertido en el plato fuerte del menú mediático, gracias a su íntima danza con la pareja de Ayuso. La prensa ha decidido convertir este vínculo en el eje de un melodrama nacional.
¿Realmente necesitamos adentrarnos en los sórdidos detalles de un romance para encontrar el meollo del asunto? Por supuesto que no. Si queremos diseccionar la anatomía de este entuerto, mejor empezar por el “Concierto Singular de Vinculación de Carácter Marco”, esa joya de la burocracia firmada al calor de los despachos en 2006, bajo el reinado de Esperanza Aguirre y su fiel escudero, Manuel Lamela, el arquitecto de lo que muchos ven como la privatización a la carta de la sanidad madrileña.
Por supuesto, la ironía de que Lamela luego tuviera lazos contractuales con Capio (predecesor romántico de Quirónsalud) es tan sutil como un elefante en una cacharrería. Esa relación ha alcanzado la mayoría de edad, 18 años de un matrimonio por conveniencia entre el grupo y la Comunidad, sobreviviendo a crisis, cambios de gobierno y ahora, al melodrama de una relación amorosa. El director de comunicación de Quirónsalud, Julio Fernández Llamazares, parece más preocupado por pulir su imagen en X que por capear el temporal que se avecina.
Quizás en su mundo, un buen selfie vale más que mil comunicados de prensa. Pero mientras él juega a ser influencer, el verdadero drama no necesita de tramas secundarias sentimentales para entenderse. El foco mediático sobre la pareja de Ayuso podría parecer un intento de desviar la atención del verdadero “affaire” que merece ser investigado. Sin embargo, este culebrón tiene menos de novedad y más de episodio repetido en una serie que ya cansa.
La relación entre Quirónsalud y la Comunidad de Madrid es un viejo romance que, lejos de esconderse en sombras y susurros, se ha paseado por los pasillos del poder con la impunidad de quien se sabe intocable. En resumen, si buscas escándalos, olvídate de las relaciones personales y sumérgete en los archivos públicos. Allí encontrarás una novela por entregas, donde los contratos se firman con más pasión que una carta de amor, y las relaciones duran más que cualquier idilio de telenovela. Continuará, como siempre continúa, en ese bucle infinito donde el verdadero amor es el que se profesa entre el poder y el dinero.