La sombra del fiasco Puig ha planeado sobre esta operación
José Justo
Horas antes de sonar la campana, Europastry se ha echado atrás y ha anulado su salida a Bolsa por segunda vez en pocos meses. Los efectos negativos de este nuevo percance no se harán esperar.
El motivo aducido por la compañía para cancelar bruscamente su llegada al parqué, “la situación geopolítica internacional y sus efectos de inestabilidad en los mercados” no tiene demasiado soporte de credibilidad.
Lo que de verdad ha paralizado la operación es la baja demanda de títulos por parte de los inversores, con el consiguiente impacto sobre el precio final de las acciones, que se intentaban colocar en una horquilla de entre 15,85 y 18,75 euros por acción, lo que se traducía en una valoración de la compañía de entre 1.327 millones y 1.570 millones de euros.
La sombra del fiasco del Grupo Puig, que estaba destinado a ser el acontecimiento bursátil de la última década en España, ha planeado desde el inicio entre todos los actores de la salida a Bolsa de Europastry. El fervor previo, casi unánime, que hace meses levantó la operación del Grupo Puig esta hoy embarrado en una cotización bursátil que registra notables pérdidas y vislumbra importantes nubarrones.
Europastry tendrá que posponer los efectos beneficiosos que arropaban esta estrategia, entre ellos la reducción de deuda de la compañía. La cúpula de la multinacional catalana, unos 40 ejecutivos, verá congelar entre sus propios panes y croissants los 40 millones que podían obtener como bonus, si la operación salía bien.
Y tanto el presidente, Jordi Gallés, como el consejero delegado, Jordi Morral, no podrán monetizar una parte de sus propias acciones que pensaban deslizar sutilmente en el monto global de la operación, lo que supone un ejemplo palmario de poca confianza en las previsibles subidas inmediatas de esas acciones en la Bolsa.
El futuro es incierto, también para el fondo MCHPrivate, que quería desprenderse del 20 % accionarial que posee en la compañía. Tanto si decide intentar traspasar esta participación a otro fondo o esperar una próxima salida a bolsa, está claro que las valoraciones económicas tendrán que ser sensiblemente más ajustadas que las que ahora se pretendían.
Infoperiodistas no se sumó al coro de los elogios encendidos previos a las operaciones de Puig y, ahora, Europastry. En ambos casos matizamos las desmedidas euforias, anotando algunos claroscuros.