Víctor de la Serna, reconocido periodista y cofundador de El Mundo, falleció a los 77 años.
RBK
Víctor de la Serna y Arenillas era bisnieto de la escritora Concha Espina y miembro de una familia profundamente ligada al periodismo. Desde joven siguió los pasos de su abuelo, padre y tío, quienes también fueron periodistas. Su madre, Nines Arenillas, se destacó como cronista gastronómica, lo que influyó en la versatilidad que Víctor mostró a lo largo de su carrera.
De la Serna no se limitó a un solo enfoque en el periodismo. A lo largo de su carrera, adoptó tres facetas profesionales: fue él mismo, el crítico gastronómico bajo el pseudónimo Fernando Point y el analista deportivo Vicente Salaner. Estas tres identidades le permitieron destacar en áreas muy diferentes, pero siempre con un rigor periodístico que le hizo ganar el respeto de sus colegas y lectores.
Víctor de la Serna fue uno de los pioneros en llevar el periodismo español a un enfoque más internacional. No solo ejerció como corresponsal en Estados Unidos, sino que fue el primer español en graduarse con un máster en Periodismo de la prestigiosa Universidad de Columbia en Nueva York. A lo largo de su carrera, también desempeñó roles clave en la dirección adjunta de El Mundo y en las relaciones internacionales del periódico.
Co Fundador de El Mundo
En 1989, De la Serna se unió a la ambiciosa aventura de fundar el periódico El Mundo, liderada por Pedro J. Ramírez. Su papel fue esencial en la consolidación del diario, contribuyendo a crear su estilo editorial y fortaleciendo las relaciones internacionales del medio. Durante más de tres décadas, De la Serna permaneció ligado al periódico, incluso en los últimos días de su vida.
Víctor de la Serna fue mucho más que un periodista; fue una figura influyente que ayudó a moldear la prensa española. Además de su trabajo en El Mundo, contribuyó en medios como El País, Diario 16 y el desaparecido diario Informaciones, donde inició su carrera.
Su legado también incluye la autoría del Libro de Estilo de El Mundo, una referencia para varias generaciones de periodistas, que continúa siendo vigente en términos de ética y práctica profesional.
Hasta sus últimos días, De la Serna continuó reflexionando sobre la evolución del periodismo. En su último artículo, publicado poco antes de su fallecimiento, cuestionaba qué define a un verdadero periodista en la era actual. Sostenía que la democracia y el periodismo están intrínsecamente vinculados y que uno no puede subsistir sin el otro. Su pasión por esta profesión le acompañó hasta el final.
