Fue desarrollado por investigadores españoles y da indicios de una reducción del 50% del riesgo cardiovascular entre quienes tienen un consumo moderado de vino.
Un reciente estudio multicéntrico liderado por prestigiosas instituciones españolas confirma los beneficios del consumo moderado de vino para la salud cardiovascular. La investigación, publicada en la revista European Heart Journal, analiza datos de 1.232 participantes del proyecto PREDIMED, un referente en nutrición y dieta mediterránea.
Un biomarcador clave
El estudio destaca por el uso de un biomarcador objetivo, el ácido tartárico, presente en la uva, para medir el consumo de vino. Esta metodología supera los errores habituales de los registros autodeclarados y refuerza la validez de los hallazgos.
Los resultados muestran una reducción del 38 % en el riesgo cardiovascular con un consumo leve de vino, que aumenta hasta el 50 % cuando el consumo es moderado. Sin embargo, este efecto protector desaparece si se supera una copa al día.
Controversia en la comunidad científica sobre el consumo moderado de vino para la salud cardiovascular
Aunque los beneficios del consumo moderado de vino para la salud cardiovascular son evidentes, el debate persiste. Ramon Estruch, uno de los investigadores principales, señala que estudios previos ofrecen resultados contradictorios, a menudo debido a errores en los registros de consumo.
Según los investigadores, “No cabe duda de que el consumo excesivo de alcohol tiene unas consecuencias graves sobre la salud. Ahora bien, los efectos del consumo moderado y responsable de vino siguen siendo objeto de debate entre la comunidad científica. Los resultados de este estudio y otros deberían ayudar a posicionar el consumo moderado de vino en el lugar que le corresponde, como un elemento de la dieta mediterránea, considerada la más saludable del mundo”.
Los autores principales del estudio son la investigadora Inés Domínguez, de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación de la UB y del Instituto de Investigación en Nutrición y Seguridad Alimentaria (INSA); el profesor Ramon Estruch, de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud de la UB y del IDIBAPS; Rosa María Lamuela, catedrática e ICREA Academia, y miembro del INSA, y el profesor Miguel Ángel Martínez, de la Universidad de Navarra (UNAV); todos, miembros del Centro de Investigación Biomédica en Red de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN).
Este trabajo aporta claridad al respaldar la dieta mediterránea, considerada la más saludable del mundo, y situar al vino moderado como un elemento clave en ella.
Más investigación necesaria
A pesar de las conclusiones prometedoras, los investigadores advierten que el diseño observacional del estudio limita establecer causalidad. Inés Domínguez insiste en la necesidad de realizar estudios aleatorizados para confirmar los resultados.
Los científicos también proponen estudiar los mecanismos bioquímicos que explican el efecto protector del vino, como las propiedades antiinflamatorias de sus polifenoles, entre ellos el resveratrol.
El consumo moderado de vino para la salud cardiovascular representa una oportunidad para reforzar hábitos saludables, siempre bajo el marco de la dieta mediterránea. Como concluyen los expertos, la moderación y la responsabilidad son fundamentales.
Link a la publicación del informe sobre el consumo moderado de vino para la salud cardiovascular European Heart Journal.