Diego Delgado
La escasa natalidad y los problemas de fertilidad se presentan como dos de las grandes amenazas de la salud pública española. El 40,1% de las mujeres son madres primerizas pasados los 35 años, y menos de la mitad del esperma de los hombres en el mundo es de buena calidad
España se enfrenta a una crisis de natalidad y fertilidad que amenaza la salud pública. La calidad del esperma ha disminuido un 51%, y la edad media de maternidad sigue en aumento, complicando aún más las posibilidades de concebir.
Según un análisis de fertilidad realizado por la entidad de medicina reproductiva Instituto Bernabeu, las mujeres españolas retrasan cada vez más la maternidad. Con una edad media del primer hijo de 32,6 años, se perfila una tendencia impactante en las probabilidades de concepción.
Según la doctora Andrea Bernabeu, codirectora médica del Instituto Bernabeu, “a los 30 años, las mujeres tienen la mitad de probabilidad de ser madres que a los 20”. Además, el 40,1% de los nacimientos en España son de mujeres mayores de 35 años, una edad considerada crítica para la fertilidad.
Consecuencias demográficas
En 2023, España registró solo 322.075 nacimientos, un mínimo histórico que representa un 24,3% menos que hace diez años. A su vez, los nacimientos de madres mayores de 35 años aumentaron un 15,7% en la última década. Este envejecimiento de las madres primerizas contribuye a una tasa de reemplazo insostenible de 1,15 hijos por pareja, muy por debajo del necesario 2,1.
Para añadir más leña al fuego, la situación de fertilidad masculina es igualmente alarmante. La calidad del esperma ha disminuido drásticamente, con una reducción del 51% a nivel mundial. Desde 1973, su concentración por ensayo ha disminuido a un ritmo anual de 1,16% y, con el cambio de siglo, a una velocidad de 2,64%.
El Instituto Bernabeu ha encontrado que la media de densidad de gametos en sus muestras es de 33,5 millones por mililitro, clasificando a muchos hombres como subfértiles según los criterios de la OMS.
Soluciones y medidas
Para combatir esta lacra, la medicina ha cobrado un papel muy relevante. En los últimos años, la criopreservación de ovocitos, técnica de reproducción que consiste en la conservación de óvulos a muy bajas temperaturas, se ha popularizado. La demanda de estos tratamientos se ha triplicado desde la pandemia.
Por otro lado, la medicina reproductiva asistida también juega un papel crucial. En 2022, más de 40.000 bebés nacieron en España mediante estas técnicas.
“Este tipo de tratamiento resulta menos costoso y requiere una preparación muy sencilla para la transferencia embrionaria. No obstante, es imprescindible un estudio personalizado para indicar a la paciente el tratamiento de fertilidad más adecuado”, recomienda la doctora del Instituto Bernabeu Rosa María Daurelio.
Ante esta problemática, la comunidad científica piden un mayor apoyo institucional. Además alegan a la concienciación pública sobre una de las coyunturas más determinantes para el futuro de España.
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