En el Día Mundial del Sueño, los expertos de noVadiet explican por qué es importante dormir bien y cómo mejorar la calidad del sueño.
El viernes antes del equinoccio de primavera se celebra el Día Mundial del Sueño. Una fecha que invita a reflexionar sobre la importancia que tiene el dormir adecuadamente para la salud. En ese sentido, la Sociedad Española de Neurología calcula que el 48% de la población adulta y el 25% de la infantil no goza de un sueño de calidad. Es decir que más de cuatro millones de españoles sufre un trastorno grave de sueño. O, directamente, padece insomnio crónico. Estas cifras reflejan la urgencia de adoptar buenos hábitos y desarrollar estrategias que ayuden a descansar adecuadamente. Dormir bien es fundamental para la salud física y mental.
En ese sentido, Sonia Clavería, médica de familia del Departamento Técnico de noVadiet, apunta: “La mejora en la calidad del sueño suele pasar por un enfoque integral que combina cambios en el estilo de vida, una mejora del ambiente de descanso y el uso de complementos naturales. Aunque cada persona es única, establecer rutinas y practicar técnicas de relajación ayuda a mantener un sueño reparador”.
¿Cuántas horas de sueño se necesitan?
La cantidad de sueño recomendada varía según la edad y las necesidades individuales, pero, en líneas generales, los expertos de noVadiet señalan que estas son las horas recomendables:
- Adultos: entre 7 y 8 horas diarias, aunque el organismo puede ajustarlas en función de la edad y la condición física.
- Adolescentes: entre 8 y 10 horas de sueño reparador, ya que esta etapa se caracteriza por un intenso desarrollo cerebral.
- Niños: dependiendo de la edad, los niños necesitarán entre 10 y 12 horas de sueño diarias.
Consejos para dormir mejor en el Día Mundial del Sueño
Estas son algunas de las recomendaciones de los expertos de noVadiet para mejorar nuestra calidad del sueño:
- Mantener horarios de sueño regulares
Es importante acostarse y levantarse a la misma hora todos los días, incluidos los fines de semana. Esta regularidad ayuda a fijar el ritmo circadiano. También permite que el cuerpo se acostumbre a un ciclo predecible, facilitando la conciliación y la continuidad del sueño. - Desconectar de dispositivos electrónicos
La exposición a la luz azul de móviles, tabletas, ordenadores y televisores interfiere en la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño. Se recomienda apagar o dejar estos dispositivos al menos una hora antes de acostarse. O bien, utilizar filtros de luz azul si es imprescindible su uso. - Crear un ambiente propicio
Es fundamental contar con un espacio adecuado para dormir. Los expertos recomiendan mantener la habitación oscura y regular la temperatura, que idealmente tiene que estar entre 16 y 20 °C. También conviene reducir la exposición al ruido, utilizando tapones si es preciso. Por último, disponer de una cama y almohadas cómodas es fundamental para dormir bien. - Incorporar una rutina de desconexión
Establecer un ritual antes de acostarse, como leer un libro, tomar una infusión relajante o escuchar música suave, ayuda a que el cerebro entienda que es momento de relajarse y prepararse para dormir. Dedicar entre 30 y 60 minutos a estas actividades favorece una transición adecuada al estado de reposo. - Controlar el consumo de estimulantes
Evitar el consumo de cafeína, té negro, chocolate u otros estimulantes varias horas antes de dormir. Estas sustancias pueden dificultar el sueño. - Cuidar la cena
Consumir comidas muy copiosas o difíciles de digerir justo antes de acostarse puede provocar malestar y dificultad para conciliar el sueño. Se aconseja cenar ligero y evitar alimentos picantes o grasos.
Otras cuestiones a tener en cuenta
- Tomar infusiones relajantes
Los expertos recomiendan tomar infusiones a base de plantas para preparar el cuerpo y la mente para el descanso. Por ejemplo, combinaciones de azahar, tila y melisa. - Realizar actividad física moderada
La práctica regular de ejercicio, preferiblemente al aire libre, favorece la regulación del ritmo circadiano y reduce los niveles de estrés. Sin embargo, es recomendable evitar actividades físicas intensas justo antes de dormir. Esto es porque podrían estimular en exceso el organismo y dificultar la conciliación del sueño. - Practicar técnicas de relajación
Incorporar prácticas como la meditación o relajación muscular progresiva ayuda a disminuir la tensión acumulada del día y contribuye a relajarnos. Estas técnicas permiten al organismo y a la mente desconectar del estrés y prepararse para el descanso nocturno. - Limitar las siestas prolongadas
Aunque una siesta corta puede ser beneficiosa para recuperar energía, dormir durante periodos largos en el día puede alterar el ciclo nocturno. Por lo tanto, se recomienda limitar la duración de las siestas y evitarlas en horas cercanas al momento de acostarse. - La melatonina como aliada
La melatonina ayuda a disminuir el tiempo necesario para conciliar el sueño. Se puede conseguir un efecto beneficioso con complementos alimenticios que la contengan. Por ejemplo Soñamel de noVadiet que además contiene otros ingredientes como las plantas pasiflora y valeriana, el neurotransmisor GABA y vitaminas del grupo B. - Consultar con un profesional si es necesario
Si pese a adoptar estos hábitos los problemas para dormir persisten, es importante acudir a un especialista. Un profesional puede evaluar la situación, identificar posibles trastornos y recomendar tratamientos adaptados a cada persona.
En este enlace se pueden descargar los consejos de la Sociedad Española del Sueño para combatir el insomnio en el Día Mundial del Sueño.