El estreno de La Revuelta en el Access Prime Time de TVE se trata de una de las apuestas más esperadas o al menos más polémicas de la temporada en la cadena pública.
Judith Victoria Cherquis
Todos eran mis hijos, debería decir Buenafuente
David Broncano sale de una costilla de Buenafuente, como tantos otros. “La Resistencia” se consolidó como un fenómeno televisivo en 2018. El programa se destacó por romper con los esquemas tradicionales de los late shows. Desde su estreno, su éxito se basó en la habilidad de Broncano para capturar el espíritu de la época, utilizando un estilo de humor que jugaba con los límites de lo políticamente correcto. “Broncano, que ya había ganado popularidad por su trabajo en “La Vida Moderna” y sus apariciones en “Late Motiv”, se convirtió en el presentador millennial perfecto para este formato fresco y provocador” comentaba entonces magistralmente Borja Terán en el 20 Minutos.
Desde el inicio, una de las claves de “La Resistencia” fue la ausencia de colaboradores habituales. Más bien se enfocaron en personajes secundarios que de a poco fueron ganando importancia dentro del programa. Cada emisión presentaba un elenco que evolucionaba y definía tramas propios, lo que ayudaba a mantener la continuidad y el interés del público. Este enfoque hacía que el programa fuera un conjunto más cohesionado, algo que resultaba novedoso en el panorama televisivo de ese momento.
Otro elemento distintivo era que Ricardo Castella, codirector y figura clave, no se limitaba a trabajar detrás de cámaras, sino que interactuaba con Broncano y con los invitados en el escenario: podía interrumpir, comentar y aportar en cualquier momento. No se evitaba tocar temas controvertidos y Broncano y equipo, fueros capaces de crear un estilo propio basado en la irreverencia, la frescura y el ingenio, lo que conectó particularmente bien con el público joven. Los invitados no eran necesariamente personajes famoso, de hecho se permitían invitar a la tele a aquellos que no eran acogidos por los programas más comerciales. Preguntaban por el dinero que poseía cada invitado en la cuenta bancaria en ese momento, y por su vida sexual. Y todo esto hasta la temporada pasada, se veía a través de Movistar plus
ELIPSIS TEMPORAL
INT. TVE. NOCHE
El decorado del teatro es lo mismo que antes, pero con un toque oficina de un Ministerio antiguo.
No aclares que oscurece
El inicio de La Revuelta estuvo cargado de mensajes desde el minuto 1. ¿Qué mensajes?, los elaborados a partir de las críticas negativas y especulaciones políticas-pasadas-de-rosca, que recibió a lo largo de estos largos cinco meses desde que se anunció su fichaje por TVE. Él cogió todo eso, lo ridiculizó y lo convirtió en más de 15 minutos de su primer programa en TVE. Es decir: los propios detractores de Broncano fueron los principales guionistas del primer programa.
Broncano, aplaudido por el público, rompió un cartel con la palabra “desigualdad” pero se detuvo ante otro con la bandera de España, afirmando que no lo atravesaría porque “España no se rompe” y ahí soltó que iba a ponerse “serio”, antes de “empezar la diversión” (que seguimos esperando). Y fue cuando se dirigió directamente a las especulaciones y rumores que lo vinculaban con Moncloa, desmintiendo las acusaciones y defendiendo el contrato que firmó con la cadena pública.
Explicó en tono de broma y de aclaración, que Pedro Sánchez no lo había colocado en La 1, ni que su contrato era por 14 millones de euros -mas bien que su salario no tenía esa cifra, porque el contrato completo anual del programa sí lo es- “Lo he intentado, pero no”, dijo, subrayando que el presupuesto del programa no afectaba a la financiación de sectores como la Guardia Civil o los enfermos de ELA.
Ricardo Castella no tardó en intervenir con una frase que soltó carcajadas entre los presentes: “Yo pensaba que al final del programa la mitad iban a salir siendo MENAs y la otra mitad LGTBI”.
A esto se sumó Grison, habitual colaborador, abriendo su camisa para revelar un tatuaje con el rostro de Pedro Sánchez, bromeando con que era “para justificar el sueldo de este primer mes”. Como parte del espectáculo, mostró otro tatuaje en el otro lado de su pecho, esta vez de Pablo Motos, explicando que “este es para asegurarme el trabajo del año que viene”. Esta ironía no fue inesperada, dado que el humor irreverente y los guiños constantes a El Hormiguero son parte de la esencia de Broncano.
El estreno también trajo nuevas dinámicas, como la “alarma de pregunta parlamentaria“, que Broncano activó para abordar temas delicados y satíricos relacionados con el Congreso.
Otras de las secciones: Pepe, el hombre mágico, quien cada noche aparecería para despedirse diciendo: “Hasta mañana, niños, nos vemos en los sueños“. ¡Con lo fácil que hubiera sido poner el programa en horario late night y ahorrarse dicho recurso! (bastante truculento, dicho sea de paso)
El invitado: un ejemplo de superación
Finalmente, después de más de 20 minutos dedicados a aclaraciones y a lanzar ironías, llegó el momento de conocer al invitado. Y aquí quedó claro que La Revuelta mantiene su estilo e invitó a Aitor Francesena, una figura admirable y probablemente desconocida para el gran público. Francesena es un deportista ciego cinco veces campeón del mundo de surf adaptado y se convirtió en el verdadero salvador del estreno.
Su historia de superación personal —quedarse completamente ciego en 2012 y volver a surfear tres meses después— resonó con fuerza. Como Francesena dijo en el programa: “Empezó una nueva vida en negro“. Su fuerza, su optimismo y su capacidad de conectar con el público superaron la propia narrativa que Broncano intentaba manejar, dejando en claro que La Revuelta podía tener un tono más profundo y humano.
Su historia podría haber sido contada en cualquier otro programa de RTVE, y hubiera sido igualmente impactante. Sin embargo, su presencia en La Revuelta sirvió para mostrar que el programa tal vez tenga un objetivo más amplio: no solo entretener, sino también ofrecer algo diferente, más cercano al servicio público que la cadena persigue. Eso lo veremos (o no) con el tiempo.
Broncano Marca Registrada
Ayer sus incondicionales inundaron las redes para aplaudir de pie usando la variable del invitado. Mientras Pablo Motos en El Hormiguero de ayer recibía a Victoria Federica de Marichalar Borbón; los Broncaneros encumbraron más a su ídolo comparando la trascendencia social de la sobrina del rey Felipe con un deportista con capacidades especiales y su epopeya indiscutible.
Broncano tiene dos elementos que vale la pena comentar porque son la clave de su magnetismo:
- Su autoestima profesional y personal. Es capaz de decir cualquier cosa de sí mismo o de su programa como “esto es la misma mierda con diferente nombre” que dijo acertadamente ayer, y crecerse con cada una de ese tipo de frases y comentarios.
- La certeza que tiene de que el show es él, y con ello no hace falta nada más. Utilizó con toda la inteligencia del mundo, todas críticas y las convirtió en gags, en parte de su guion y en rating.
Todo lo que no funciona, las criticas, los errores en vivo o aquello que no funcionan o funciona mal, él lo hace público, se ríe de ello y ya está. Con eso queda resuelto. La admisión del problema, no lo resuelve ni lo disimula. Es un buen truco cuando es algo accidentado y no queda otra, pero mencionar la falta de recursos o precariedad como recurso cómico y quedarse tan ancho, tiene fecha de caducidad.
¿Y Motos?
Cuando dice que no compite con Motos, lo que está diciendo en realidad es que lo utiliza para tomarle el pelo y tratar de ganarle la pulseada por la opuesta. Motos con Victoria Federica; Broncano con un surfista desconocido. Motos con 350 drones sobre la Calle de Alcalá, Broncano con un teletransportador cutre que, obviamente, no funciona. Y así.
Está claro que tienen diferentes públicos y aun así, TVE pulverizó todos los pronósticos y firmó un impresionante 17,1% de cuota de pantalla con más de 2,1 millones de telespectadores en sus 70 minutos de emisión.
Es algo histórico y el mejor access de TVE en muchísimos años.
¿Debería estar La Revuelta en TVE?
Depende, diría el gran Pau Donés. Si el plan es rejuvenecer al público, puede ser. Si el plan es mejorar el rating, tal vez. Si el plan es ganarle a Motos, no. Broncano no puede ganarle a Motos porque entre ambos todo es diferente. El tipo de humor, el objetivo, el tipo de espectador al que se dirigen. No compiten aunque estén en el mismo horario. Es una pena que esto no esté claro para TVE. La Revuelta no es un programa para horario de protección al menor (aunque solo coja el final de la franja). Es un late night de toda la vida de Dios. Y late night significa “noche tardía”. Esto en cuanto a la emisión, parrilla, contexto. En cuanto al programa en sí, seguiremos hablando de él y veremos cómo responde después de la noche del estreno.
Sus principios rompedores respondían a otra época, otro contexto y otro canal de emisión. La juventud irreverente que dice chorradas no puede eternizarse por definición. Y ya se sabe que todo lo que no evoluciona, muere.