Si Víctor Madera es el padrino del negocio, Fernando Camino es el nuevo nombre en la trama del escándalo de corrupción del grupo Quirón en Madrid.
Rosa Costa
La titular del Juzgado de Instrucción Número 19 de Madrid, la magistrada Inmaculada Iglesias, que investiga el caso de Alberto González Amador, pareja de Isabel Díaz Ayuso, ha dado un giro inesperado al incluir en la causa lo que considera un colaborador necesario, Fernando Camino. Se trata de un directivo del Grupo Quirón que saltó a las portadas de la prensa por su presunta implicación en la creación de una red de sociedades pantalla. Este nuevo alcance, solicitado por PSOE y Más Madrid, amplía el caso más allá del fraude fiscal y la falsedad documental para abarcar también delitos de corrupción en los negocios y administración desleal.
Sin embargo, detrás de Camino y González Amador emerge una figura aún más poderosa y de quien venimos informando en INFOPERIODISTAS desde hace meses: Víctor Madera, el hombre fuerte del Grupo Quirón y arquitecto del modelo privatizador que ha dominado la sanidad en Madrid. Este caso no sólo destapa los manejos opacos de González Amador, sino que revela los vínculos entre el negocio de la sanidad privada y los favores políticos en la Comunidad de Madrid.
Si nos centramos en la empresa, Quirónsalud es el principal grupo hospitalario privado en España. Su origen se remonta a 2014 con la fusión entre el Grupo Hospitalario Quirón, fundado en 1961 en Zaragoza por Publio Cordón, y IDC Salud, activo desde 1998. Actualmente, gestiona 52 hospitales y se consolida como líder en el sector. Con mayor presencia en Madrid y Barcelona, donde cuenta con 11 y 8 centros respectivamente, Quirónsalud también tiene una sólida presencia en otras regiones, como Baleares, Canarias y Andalucía. En Cataluña, destaca su participación en un modelo de colaboración público-privada, donde la oferta hospitalaria privada representa más del 68% del total regional. El grupo también gestiona hospitales en diversas provincias como Zaragoza, Toledo y Albacete, entre otras.
Como ya contamos en INFOPERIODISTAS Víctor Madera, a costa de la sanidad pública y del interés general, orquestó la venta de Quirón, primero un 61% a CVC en 2014 y luego a Fresenius en 2016 por la asombrosa cifra de 5.760 millones de euros. Se comenta que Madera con estas transacciones se embolsó más de 500 millones de euros, una suma indecente de dinero que no podrá consumir en vida.
Y hablando de Baleares, ¡Qué romántica fue la boda de Marta Madera, hija de Víctor! La niña dio recientemente el sí quiero a su novio Olav en un entorno idílico, el hotel rural Son Vell en Menorca. Lejos de las tensiones judiciales, la ceremonia reunió a invitados internacionales en un escenario bucólico lejano al barro de esta trama, claro.
La atención mediática se centra en González Amador y Fernando Camino, pero ya hemos comentado en INFOPERIODISTAS el papel clave de Víctor Madera en este entramado. Madera ha consolidado su imperio sanitario tejiendo alianzas estratégicas con el poder político, especialmente en la Comunidad de Madrid, donde la sanidad pública depende cada vez más de los servicios privados del Grupo Quirón.
Este caso representa un punto de inflexión en la lucha contra la corrupción en la sanidad madrileña. La inclusión de Fernando Camino y la ampliación de la investigación suben la presión sobre todos los implicados. Está por ver si Víctor Madera seguirá siendo intocable.
El modelo que Madera representa ha sido una máquina de beneficios para unos pocos y al mismo tiempo ha desmantelado la sanidad pública española. Esta trama pone en cuestión si la privatización sanitaria es ineficiente y también contraria al interés público.
Los madrileños merecen respuestas. La justicia debe determinar hasta dónde llegan las responsabilidades y si el caso de González Amador es solo la punta del iceberg en un sistema que fomenta la corrupción bajo el paraguas del poder político y empresarial.