La Fugida revela los casos de abuso sexual de jesuitas en los Colegios de Caspe y Sarriá en Barcelona durante décadas.
Judith Victoria Cherquis
El documental La Fugida nos da a conocer a las víctimas de los abusos sexuales a menores por parte de curas jesuitas en Barcelona durante más de treinta años. Compañía de Jesús, los Jesuitas, es hoy la mayor orden masculina de sacerdotes católicos, fundada hace unos 500 años por San Ignacio de Loyola.
Los directores del documental La Fugida son Josep Morell, Guillem Sánchez y Marc M. Sarrado. La producción corrió a cargo de 3Cat, Prensa Ibérica Studio, Ottokar Editora Audiovisual. El filme, que se estrena ahora en Bolivia, se centra en la revelación de un informe interno de la Compañía de Jesús que detalla décadas de abusos sexuales a niños y niñas en Cataluña. La cifra es de 137 víctimas y 41 acusados, de los cuáles 27 son jesuitas y 14 laicos. Esta investigación, impulsada tras las revelaciones de varios medios de comunicación, muestra la falta de la orden católica de los Jesuitas en proteger a los menores y cómo primó durante décadas la “cultura del silencio”.
Cifras de las víctimas, nuevas revelaciones y datos ocultos
De los 137 afectados, la mayoría eran menores al momento de los abusos. En cuanto al género de las víctimas, se sabe que 64 víctimas eran varones y 76 mujeres. Hay cinco casos en los que no se ha determinado el sexo. Se han revelado 56 víctimas nuevas, de los que seis de los casos recientes no han prescrito y fueron llevados a la Fiscalía.
“Reconocemos que la institución falló y no supo proteger a las víctimas. La cultura del silencio fue la dominante y se puso delante la necesidad de protección de la institución. Pedimos disculpas y asumimos la responsabilidad moral”, dijo en su momento el delegado de la congregación católica de los Jesuitas en Cataluña, Pau Vidal.
También se contabilizaron tres acusados de agredir sexualmente a ocho adultos. La Compañía de Jesús admitió que “la institución falló en su deber de protección” y pidió disculpas públicas, aunque negó el encubrimiento formal.
Casos prescritos y falta de consecuencias judiciales
Pese a la gravedad de las revelaciones, la mayoría de los abusos quedan sin consecuencias legales, ya que los delitos han prescrito. Aunque seis de los acusados están vivos, no enfrentarán procesos judiciales. En su lugar, los Jesuitas prometen investigaciones canónicas, las cuales podrían imponer restricciones de movimiento y retiro de honores a los culpables. Los colectivos de víctimas han criticado estas medidas ya que las ven como insuficientes. Especialmente ante la falta de transparencia en los casos de negligencia dentro de la orden.
Informe incompleto y cuestionado
Los nuevos datos aportados por los Jesuitas son el resultado de la auditoría que la Compañía de Jesús encargó en 2023 al bufete Roca Junyent, a raíz de la publicación de varios reportajes del periódico EL PAÍS que destapaban cómo la congregación envió a Bolivia a varios religiosos acusados de abusos en Cataluña en los años ochenta y noventa.
El informe, elaborado por el bufete Roca Junyent, ha sido criticado por su alcance limitado. La auditoría no tuvo acceso a todos los archivos de la orden, sino que dependió de la información facilitada por los Jesuitas, así como de informes y denuncias judiciales. Solo 14 de los acusados fueron identificados públicamente, todos ya conocidos por investigaciones publicadas en medios como El País. Los nombres de los otros 27 permanecen en secreto, al igual que detalles específicos sobre los lugares y fechas de los abusos. El acceso a toda la información documental sigue sin ser revisado por una entidad independiente.
Críticas al encubrimiento y “cadena de silencios”
A pesar de reconocer una “clara omisión” en la ayuda a las víctimas, los Jesuitas niegan haber encubierto los abusos de manera sistemática. Sin embargo, la investigación revela cómo la jerarquía de la Compañía de Jesús mantuvo “compartimentos estancos” en la información para evitar la difusión de los casos.
Irma Rognoni, abogada de Roca Junyent, señaló que una “cadena de silencios” desde las víctimas, sus familias y hasta los educadores contribuyó a que los abusos no se denunciaran en su momento, mientras que la Compañía de Jesús priorizó la protección de su imagen institucional. “La reticencia de la orden a reconocer la organizada y sistemática red de traslado de presuntos pedófilos a Bolivia se puede reconocer en el documental en la figura de su delegado, Pau Vidal. Vidal reconoce que tenían conocimiento de las actividades de Lluís Tó desde 1968 y nadie le apartó. Al contrario, el documental demuestra que se le protegió”, escribió ElDiario.es.
Traslados a Bolivia. Los casos de Francesc Peris y Luis Tó
La auditoría también destapa cómo, en las décadas de los ochenta y noventa, algunos religiosos fueron trasladados a Bolivia para evitar el escándalo en Cataluña. Entre los casos emblemáticos están el de Francesc Peris, cuyo traslado en los años ochenta derivó en más denuncias de abuso a menores tanto en Barcelona como en Bolivia.
Otro caso destacado es el de Luis Tó, quien fue condenado en 1992 por abusar de una menor. Es entonces cuando envían el jesuita Tó a Bolivia, donde continuó en contacto con menores, bajo el conocimiento de la orden de la Compañía de Jesús.
Estos traslados, según el informe, perpetuaron los abusos y evidencian falta de voluntad de la Compañía de Jesús en “resolver” los problemas, que solo alejaron de la opinión pública catalana.
Promesas de cambio en las indemnizaciones
La Compañía de Jesús ha anunciado que revisará su sistema de indemnizaciones para hacerlo más “ágil y justo”, abandonando las escalas de indemnización que se basaban en un baremo de accidentes de tráfico (5,000 a 15,000 euros según la gravedad del abuso).
Las víctimas también han criticado las cláusulas de confidencialidad que han tenido que firmar, lo cual contradice las directrices del Papa Francisco. La Compañía de Jesús ha prometido a partir de ahora evitar estas cláusulas y agilizar el proceso para que más víctimas puedan acceder a una reparación económica aunque aún no se conocen detalles de los cambios.
Exclusión de víctimas y respuesta pública cuestionada
El colectivo de víctimas denunció su exclusión de la rueda de prensa en la que se presentó el informe. A la orden de los Jesuitas, que reservó el evento solo para periodistas, se la acusó de falta de transparencia y de ofrecer disculpas “de cara a la galería”.
Las víctimas entregaron octavillas y criticaron la elaboración del informe sin su plena participación, argumentaron que la Compañía de Jesús sigue sin priorizar su daño y, en cambio, protege su imagen institucional.
Ni una mención a los casos en Bolivia
El informe no aborda en profundidad los casos de abuso cometidos por jesuitas trasladados a Bolivia, a pesar de que la orden de la Compañía de Jesús tiene conocimiento de estos hechos. Sin embargo, los abusos en Bolivia, como los de Luis Tó y Francesc Peris, forman parte de la larga lista de omisiones en la respuesta de la Compañía de Jesús, que ha generado escepticismo sobre su compromiso real con la justicia.
¿Cambio o una nueva fachada?
La presentación de La Fugida y del informe de la Compañía de Jesús han regresado al presente esta aberración. Las décadas de abusos a menores, el encubrimiento y la falta de protección a las víctimas de la orden de los Jesuitas.
Aunque la la Compañía de Jesús ha expresado compromisos de transparencia y cambio, el secretismo en torno a muchos detalles, la falta de consecuencias para los responsables y la limitada colaboración con las víctimas crean dudas sobre la sinceridad de estos compromisos.
La “cultura del silencio”, como reconocen, sigue siendo una barrera que impide una reparación justa y completa. Además de la restitución el la confianza de la opinión pública en las escuelas de los Jesuitas de la Compañía de Jesús.