El esperado estreno de Babylon Show llegó a la pantalla de Telecinco con la promesa de revolucionar el prime time y enfrentar a pesos pesados como Broncano y Pablo Motos. Sin embargo, lo que se presagiaba como un soplo de aire fresco en la programación nocturna de la cadena de Mediaset se reveló como carente de guion, una ejecución defectuosa y la falta de rumbo. A continuación, un análisis de los puntos débiles que marcaron este estreno.
Judith Victoria Cherquis
“Ya pasó lo peor” le dice Carmen Maura a Lola Dueñas en Volver de Almodóvar cuando su otra hija, Penélope Cruz, descubre que está viva y sale corriendo. Un estreno siempre es difícil, pero este venía especialmente expuesto. ¿Por qué? tres respuestas:
1. Porque Babylon Show venía a ser el tercero en discordia del prime time con Broncano a la izquierda y Motos a la derecha.
2. Porque es la apuesta de Telecinco para recuperar un espacio que le es esquivo hace años.
3. Porque Mediaset pretendía remontar años de estar en el pozo, con la genialidad de Carlos Latre.
Demasiado.
Vamos a ver
El programa comenzó con un teaser que iba de “charla motivacional en el vestuario” donde Latre, Mari Carmen, Marta Torné y Xavier Sardá se dan ánimos, emulando el momento previo a un partido de fútbol. La analogía era buena, máxime cuando entra el invitado del día, Luis de la Fuente y —sin guion— dice: “Os veo muy concentrados, puestos para este gran programa. Vamos a jugar este programa como si fuera el último y disfrutar“. Empezamos mal.
Decir “este programa como si fuera el último” en los primeros minutos de un programa que se estrena es como cuando las Azúcar Moreno cantaban eso de “apaga el televisor” en un espectáculo que se veía por televisión.
Hay que guionar todo (I)
Babylon Show precipitó el estreno por eso de “el que pega primero pega mejor”. Pero para eso hay que estar entrenado y la sensación que se vio en pantalla fue de que faltaba tiempo de maduración.
Para ahorrar ese tiempo de maduración, Latre cogió un atajo y puso en palabras lo que debería traslucirse a lo largo del programa, diciendo así lo que habría de sentirse luego: “La antigua Babilonia fue un faro de positividad, optimismo y desenfreno. En medio del bullicio de sus majestuosas ciudades, sus gentes celebraban la vida. A lo largo de la historia muchos babilonios ilustres perpetuaron ese legado”. Y concluye: “Hoy, un pequeño reducto mantiene vivo ese espíritu de buen rollo para llevarlo a vuestras casas. ¿Estáis preparados para entrar en el universo de Babylon? ¡Bienvenidos a Babylon Show!”. Y repitió varias veces lo de “buen rollo”, “auténtica locura”, “diversión”, “a disfrutar”, “olvidaros de vuestros problemas”.
El problema del cual no pude olvidarme es cómo escribir esta nota sin masacrar a Latre, personaje que es muy querido por un público que —haters fuera— sufrió viendo cómo el programa se hundía sin que se cumpliera la promesa de la risa, de la diversión ni de la locura. El programa no hacía pie, no tenía hilo, no funcionaron los colaboradores ni los chistes.
Hay que guionar todo (II)
Vamos a ver punto por punto.
- Mari Carmen: Un hombre que se disfraza de mujer no es gracioso per se. No ahondaremos en implicancias filosóficas, pero no es gracioso, salvo que tenga un guion o razón de ser. No fue el caso: su participación no aportó chiste, ni conexión entre una cosa y otra, ni gracia, ni comentario jocoso ni sorpresa. Todavía estamos pensando cual es su razón de ser en el programa.
- “Mbappe”: Vamos a ver, Carlos Latre. El imitador eres tú. Y el único que debería estar en Babylon imitando eres tú. Ese es tu punto más fuerte y tu unicidad total. Si además, el imitador hubiera sido bueno (casi mejor que no), pero es que NO TENÍA GUION. Además, su acento se parecía más al argentino que al francés (hasta que dijo “maccgron”). Y volvemos al hilo o a la integración de los factores del programa: ¿Qué pintaba un Mbappe en un programa donde el invitado especial era el seleccionador nacional?… Si al menos ese Mbappé hubiera ido a pedirle a De la Fuente que le ayudase a hacerse español para ser de la Roja, o algo en relación con el invitado, ponte tú. Ir a maldecirlo en chiste por haber dejado a Francia fuera de la euro en semis, o a pedirle que le dé clases particulares… no sé. Sólo decía que estaba muy “baguette”.
- De la Fuente: Tener al seleccionador nacional es un lujo y De la Fuente es un personaje cercano, querido y respetado. Hasta ahí, genial. Pero hacer girar la entrevista en torno a la Eurocopa (que se definió hace un mes) y hablar de lo que allí pasó, que vimos todos y seguimos viendo días y días… de esto hace MUCHOS días, fue un desperdicio. Hacer una entrevista no es fácil y si no se es periodista… ¡GUIONAR LA ENTREVISTA! ¿Cuál era el objetivo? ¿Qué querían que le pasara a De la Fuente durante su visita al programa? ¿Que se emocionara?, ¿que se divirtiera?, ¿que contara algo diferente?, ¿que tirase un titular? No sabemos. Y ahora la peor parte:
- El reportero de calle: ¿Es gracioso —suponemos que esa era la intención— parar a los transeúntes para preguntar quién es Luis de la Fuente y que no lo supieran? Buscar la gracia por los contrastes es una de las opciones de los cómicos desde tiempos inmemoriales, pero en este caso, ¿no había algo de maltrato al invitado? -y no porque Luis de la Fuente lo viera así. Es un tipo humilde ya lo sabemos—. Eso de toparse con gente que decía en cámara que no sabían quién era De la Fuente fue desacertado. ¿Cuál era el sentido?. Luego siguió con ese plan del contraste: no saber dónde es Cibeles y meterse en otra fuente. Machacar a una turista japonesa. No. Un despropósito sobreexcitado, histriónico y sin gracia. FALTA GUION.
- Sardá: Él mismo lo dijo: “Sardá está poco aprovechado”.
Plató: Ideal si estuviéramos en los 90. Hoy es rancio, mal iluminado y con una decoración de boda china de película independiente.
Rótulos: Haced un curso acelerado con el equipo de Cachitos de Hierro y Cromo (La 2) que hacen llorar de la risa aunque tengas el televisor sin audio. Sólo leyendo lo que ponen la diversión está asegurada.
Conclusión: el error de base
Latre es un presentador solvente, querido y un currante de primera. Tiene la ilusión de un niño y la capacidad del mejor showman de Estados Unidos. Un tipo que tuvo que empezar de nuevo más de una vez, que no especula con lo que ha logrado y siempre busca más y arriesga. Por arriesgar, ha gastado mucho dinero de su bolsillo para perfeccionarse en Estados Unidos y para hacer de su carrera, su empresa y vicerversa.
Se echó de menos un comienzo más potente y no una declaración de principios. Algo punch para enganchar al espectador, porque contrariamente a lo que dicen otros comunicadores, creemos que SÍ se esperaba mucho de Babylon Show.
Y aquí está el quid de la cuestión: Babylon Show no es ni debería ser en función de Broncano y Motos (cuyas temporadas aún no han comenzado). El verdadero problema tal vez, sea que el objetivo de Babylon Show sea ganarles la partida a los compañeros de franja horaria, en lugar de centrarse en el show en sí mismo. Pensar en competir antes que en construir un programa sólido y original es un error de base que termina por desvirtuar el resultado final. Y pasa una factura carísima.
Babylon Show tiene errores de concepción y de GUION (no sé si ya lo habíamos mencionado, ¡ja!). ¿Cuál es la estructura del programa? ¿Hacia dónde va? ¿Qué quiere?
Si toda la producción, idea, puesta y decisiones son de Latre, confiamos en que esto pueda mejorarse categóricamente. Si en la directiva de Telecinco le piden que haga una síntesis de Motos y Broncano y que les gane a ambos, van mal. Nunca los programas “Frankenstein” (o sea, hechos a trozos de otros) funcionan. Que estén en la misma franja horaria y que compitan no significa que deban tener las mismas secciones o intenciones.
Telecinco ha tirado la toalla en cuanto a sorprender, innovar, buscar y encontrar cosas nuevas en una época en la que el publico se renueva todo el tiempo y las redes sociales aceleran la metamorfosis de las estructuras audiovisuales. En este panorama Telecinco sigue aferrándose a lo conocido que ya no da resultados pero que la cadena pretende que los dé. SI QUIERES RESULTADOS DIFERENTES, HAZ COSAS DIFERENTES, diría cualquier coach de tres al cuarto. Si hubiera que darle un consejo a Telecinco es: Id al psicoanalista y asumid el paso del tiempo y los cambios de paradigma en la audiencia.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos, decía Neruda. Y qué razón tenía.