Nilufar Hamedi y Elahe Mohammadi han sido absueltas por la Corte de Apelaciones de Teherán del cargo de “cooperación con un gobierno extranjero hostil”.
RBK
Corte de Apelaciones de Teherán ha absuelto a las periodistas Nilufar Hamedi y Elahe Mohammadi del cargo de “cooperación con un gobierno extranjero hostil“, acusación que se entendía como colaboración con Estados Unidos. Ambas periodistas habían sido arrestadas en septiembre de 2022 tras cubrir los eventos relacionados con la muerte de Mahsa Amini. Amini era una joven kurda de 22 años que falleció bajo custodia de la policía de la moral iraní. Había sido detenida por no llevar correctamente el velo islámico. Su muerte desencadenó una ola de protestas masivas en Irán, que dieron lugar al movimiento “Mujer, Vida, Libertad”.
La cobertura que Hamedi y Mohammadi realizaron sobre el caso Amini fue crucial para que el mundo conociera los hechos, pero también las puso en la mira de las autoridades iraníes.
Hamedi, del diario reformista Shargh, había sido detenida tras publicar una fotografía de Amini en el hospital, entubada y en coma. Por su parte, Mohammadi, del periódico Hammihan, fue arrestada por informar sobre el entierro de la joven en Kurdistán, donde comenzaron las protestas.
Un caso que ha marcado un antes y un después
Inicialmente, ambas periodistas recibieron la condena de seis y siete años de prisión por los cargos de “colusión contra la seguridad nacional” y “difusión de propaganda contra la República Islámica de Irán”. Aunque han sido absueltas del cargo de colaboración con gobiernos extranjeros, las condenas por los otros cargos se mantienen vigentes.
Los abogados de Hamedi han expresado su esperanza de que las periodistas sean liberadas de toda culpa en base a una amnistía general anunciada el año pasado por el líder supremo de Irán, Ali Jameneí, aunque en su momento, dicha amnistía no las incluía.
Tras pasar 17 meses en prisión, ambas fueron liberadas bajo fianza en enero de 2024, pero las sombras de una posible nueva condena siguen presentes.
Las protestas que surgieron tras la muerte de Amini exigían mayores libertades y el fin del régimen de la República Islámica de Irán. Éstas fueron sofocadas con una represión brutal que dejó un saldo de aproximadamente 500 muertos y la ejecución de al menos diez manifestantes.
La situación de Hamedi y Mohammadi sigue siendo un reflejo de la compleja lucha por la libertad de prensa y los derechos humanos en Irán.
